Autoestima 5
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Determinando mí Autoestima
Sólo podemos respetar a los demás cuando uno se respeta a sí mismo. Sólo podemos dar, cuando nos damos a nosotros mismos. Sólo podemos amar, cuando nos amamos a nosotros mismos; Abraham Maslow.

¿Qué es autoestima? Es el valor que me doy a mí mismo, la autovalía que tengo de mi persona en su totalidad, sea ésta alta, baja o intermedia. La manera en que nos tratan los demás es un reflejo de cómo nos vemos y nos tratamos a nosotros mismos. Investigaciones han demostrado que no existe relación entre la inteligencia o las características físicas y el éxito en la vida; todo tiene que ver con la actitud.

Mientras más vivo, más me doy cuenta del impacto de la Actitud en la vida. La Actitud, para mí es más importante que los hechos. Más importante que el pasado, que la educación, que el dinero, que las circunstancias, que los fracasos, que los éxitos, que lo que otra gente piense o haga Estoy convencido que la vida es 10% lo que me sucede y 90% como reacciono a ello. Y así es contigo - estamos a cargo de nuestras actitudes; Charles Swindoll
Consideraciones sobre la autoestima:

La actitud que tenga hacía mí mismo determina mi autoestima.

Mi autovalía depende de la autoimagen que tenga de mí mismo.

Los demás no determinan mi valía, así como tampoco las circunstancias.

Tengo la capacidad para pensar, enfrentar cualquier desafío y lograr lo que me proponga, tanto como cualquier otro ser humano.

Tengo derecho a buscar, obtener y disfrutar la felicidad.

Dios me creo a su imagen y semejanza y sólo por eso valgo.

Si la imagen que tengo de mí mismo no es la que me agrada, entonces mi autoestima será baja. En la medida que la imagen sea de mi agrado mi autoestima será mejor. La buena nueva se encuentra en el hecho de que puedo, en el momento que así lo decida, cambiar la imagen que tengo de mí por la imagen que deseo de mí mismo, una imagen tal y como yo quiero ser. El cambiar la imagen implica varios pasos:

Crear en mi mente la imagen que deseo de mí; bella y agradable.

Fijar en adelante mi atención en la imagen creada.

No permitir que nada ni nadie me haga cambiar la nueva imagen.

Actuar y tener una actitud acorde a mi nueva imagen.

La nueva imagen alimenta mi autoestima, y en la medida que ésta mejora, así también mi autoestima alta mejora mi autoimagen, haciéndose un círculo virtuoso.

Nuestro rendimiento nunca será mayor que la imagen que tenemos de nosotros mismos;


¿Cuál es la verdadera Fe?
Si pudiéramos resumir en una sola palabra todo lo dicho sobre Superación Personal, Auto ayuda, Auto desarrollo, Crecimiento Espiritual, etc., a través de todos los tiempos, esta palabra sería ¡FE!

De acuerdo al diccionario: Fe es la confianza en las afirmaciones de otro; Una luz y conocimiento sobrenatural con que, sin ver, se cree lo que Dios dice y la Iglesia propone. Confianza en algo que no necesita ser confirmado por la experiencia o por la razón, o no está demostrado científicamente.

Sin embargo, cuando hablamos de Fe, lo hacemos ambiguamente. Es decir, no siempre estamos seguros de que lo que esperamos se manifieste y decimos que tenemos Fe, cuando que lo que realmente tenemos es una gran esperanza.

Tengo Fe en que se va a aliviar; Tengo Fe en que Dios me va a conceder lo que pedí; Tengo mucha Fe en que las cosas van a mejorar; Yo tengo mucha Fe en Dios; Mi Fe es la que me saca de apuros.

¿Qué tanto de lo que hablamos de Fe es una certeza, un conocimiento y no una gran esperanza? Esperanza es otra palabra, junto con la palabra Fe, a la que se le ha dado una connotación menos clara y menos precisa.

Muchas personas hablan de Fe y lo que realmente quieren decir es que creen en Dios y esperan que Él les conceda lo que piden en sus plegarias. No hay una completa seguridad en que obtengamos lo que hemos suplicado en oración.

Si nos apegáramos a la definición del diccionario, no necesitaríamos ninguna prueba visual o física para saber que obtendremos lo que hemos pedido a través de la oración. Nos cuesta mucho trabajo creer en lo que no podemos ver con nuestros propios ojos, tocar con nuestras manos, palpar con cualquiera de nuestros sentidos.

Tal vez por la crianza que tuvimos, hemos llegado a creer plenamente en la existencia de un Ser superior, llámese Dios, Espíritu, Inteligencia Universal o como lo entendamos. Entendemos que es Omnipotente, Omnisapiente y Omnipresente.

Si no dudamos de Dios, del Todopoderoso, ¿Por qué entonces dudamos de que como un Padre amoroso nos otorgue lo que pedimos en oración? Por tanto os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis y os vendrá Marcos 11:24.
Hemos llegado a sustituir las palabras Fe y esperanza por la experiencia directa de ver, oler, oír, saborear, tocar y sentir. Cuando esto no se da a nuestros sentidos, ahí es donde entra la duda, la inseguridad, el temor, la incredulidad.

Necesitamos volver a ubicarnos en que la verdadera Fe, es cuando a pesar de que no palpamos con ninguno de nuestros sentidos físicos, mantenemos la confianza. Cuando a pesar de las circunstancias que estamos viviendo tenemos verdadera Fe.

Luego entonces, cuando hay Fe, no hay dudas, inseguridades, temores, incredulidad. Sabemos que todo está bien bajo el sol. Que nada malo nos puede pasar, que Dios cuida de nosotros y siempre nos procura nuestro mayor bien.


¿Qué es el amor?
Continuando con el tema del Amor, agregaremos que no es lo mismo dar amor que estar enamorado. Estar enamorado tiene más que ver con la imagen que hemos formado de la persona involucrada que con lo que esa persona es realmente.

Dar amor tiene más que ver con lo que estamos dispuestos a dar a la otra persona sin esperar nada a cambio. Cada vez que hacemos algo por otra persona, lo más normal es que consciente o inconscientemente esperamos algo a cambio.

Tal vez no nos percatamos, pero puede ser que esperamos que la otra persona se dé cuenta de que algo hicimos por ella y esperamos mínimo una reacción, ya sea que nos den las gracias, o que reconozcan que fuimos nosotros y esperamos reciprocidad de algún modo.

De ahí que cuando la persona no reacciona como nosotros quisiéramos, o no reconoce que hicimos algo por ella, nos sintamos defraudados o por lo menos desencantados. La persona no actuó de acuerdo a nuestras expectativas de la imagen que hemos hecho de esa persona.

Dar amor, no involucra expectativas, no espera nada a cambio. Se hace con tal de ver que la persona sea feliz, se dé cuenta o no, que nosotros hicimos algo para su felicidad.

Y más aún, poder dejar que la persona se aleje de nosotros si ello contribuye a su felicidad, aunque nos duela, es una gran muestra de amor. Dice un pensamiento (Anónimo): Si amas a alguien, déjale ir. Si regresa a ti es que era tuyo. Si no, nunca lo fue.

Así, cuando damos amor incondicional, quiere decir que procuramos el bienestar de las personas, pero no buscamos reconocimiento, recompensa alguna, agradecimiento o ni siquiera que se den cuenta.

Si esperamos reconocimiento, recompensa o agradecimiento, estamos buscando amor en lugar de darlo. No nos hemos dado suficiente amor a nosotros mismos y no podemos dar lo que no tenemos y por eso lo buscamos a cambio de lo que damos, que no es amor,
Cuando nos damos amor genuino a nosotros mismos, ese amor vibra dentro de nosotros y esa vibración atrae el amor y respeto de los demás hacia nosotros. No necesitamos procurar ese amor haciendo cosas por los otros. No necesitamos quedar bien con nadie. Somos genuinos.


¿Por qué debo de perdonar?
¿Por qué necesitamos perdonar?

Pues el que perdona se da más a sí mismo. Perdonar es el camino a la liberación, el que auténticamente se libera es el que perdona, echando de su alma el rencor y la venganza, pasiones que envilecen y consumen. Al perdonar no podemos cambiar el pasado, pero cambiamos el presente y el futuro.

Emmet Fox dice en su libro El Sermón de la Montaña que cuando guardamos resentimientos hacía alguien, estamos unidos con esa persona por una cadena más fuerte que el acero. Si de verdad queremos separarnos de ese alguien lo mejor es soltar cualquier sentimiento negativo hacia la persona e intentar verla como un ser más en el cosmos de Dios.

El hecho de perdonar no quiere decir que estamos condonando la acción y menos aún que estamos dispuestos a que nos vuelvan a lastimar. Muy importante también es perdonarnos a nosotros mismos. Solemos ser muy críticos y severos con nosotros mismos. Debemos aprender a soltar el remordimiento y a perdonarnos.

¿Cómo sabemos que ya hemos perdonado de verdad?

Si podemos recordar el suceso y no sentimos el más mínimo dolor, malestar o cualquier sentimiento negativo, quiere decir que ya nos hemos liberado de esa atadura. El no recordar el suceso o el agravio es porque lo hemos ocultado en lo más profundo de nuestro ser para no sentir dolor. Sin embargo cuando algún evento nos lo hace recordar, surge a la superficie causándonos más y más dolor. Tenemos que resolver el conflicto.

Algunos pasos que podemos tomar para resolverlo:

1. Consideremos qué circunstancias tuvo que haber vivido esa persona para llegar a ser como es o qué situación estaría viviendo para haber hecho lo que hizo, aún intencionalmente.
2. Consideremos qué parte jugamos nosotros o qué hicimos nosotros que propicio el incidente. Cuál fue nuestra participación.
3. Dejemos atrás el papel de víctimas y prosigamos con nuestras vidas.
4. Recordemos las cosas positivas y buenas que nos unieron a esa persona, los ratos buenos y bellos que pasamos con ella, los momentos de amor, apoyo, consejo y comprensión mutuos.
5. Visualicemos a la persona que nos lastimó recibiendo bellos regalos, muestras de amor y de perdón, logrando sus anhelos, triunfando.
6. Deseémosle que se encuentre a sí misma, que encuentre su camino.
7. Liberar a la persona con el perdón es liberarnos a nosotros mismos para vivir en el presente, en el aquí y en el ahora; disfrutando la vida al máximo..

Al conservar ese odio, rencor, resentimiento o remordimiento, estamos perpetuando nuestro malestar y nos vamos consumiendo, dejando de disfrutar el momento. Cada vez que recordamos cualquier episodio que nos causa dolor, dejamos de vivir el aquí y el ahora. Dejamos de avanzar en nuestro desarrollo personal, en nuestro crecimiento espiritual.

Hay estudios que demuestran el efecto que tiene el estrés en la salud. Nuestras defensas bajan y nuestro organismo se hace más propicio a las enfermedades. El odio, el rencor, el resentimiento y el remordimiento son sentimientos que causan estrés, que si se vuelven perennes nos llegan a causar enfermedades y hasta padecimientos graves, tales como el cáncer, cardiopatías, etc.

¿Cómo elevar mi autoestima?
Comencemos por preguntarnos: ¿Qué es la autoestima? Es el amor a sí mismo. Es nuestra autovaloración. Al nacer, venimos a este mundo con todo lo necesario. Dios nos provee de las herramientas necesarias para la misión que estamos destinados a cumplir en esta vida. Conforme vamos creciendo, nuestro entorno favorece en diferentes grados el desarrollo de una alta o baja autoestima.

El amor, la protección, atenciones y cuidados que recibimos durante nuestra crianza determinan el grado de amor a sí mismo. En una primera etapa que va desde la gestación hasta los siete u ocho años, más lo heredado, se habrán formado nuestras creencias y por lo tanto nuestra forma de ver al mundo que nos rodea. Al crecer vamos reforzando esas creencias y establecemos un patrón.

De ahí en adelante veremos nuestro entorno a través de este cristal (patrón) formado por esas creencias. Y como dice el dicho: Ni todo es verdad, ni todo es mentira. Todo depende del color del cristal a través del cual se mira. Claro que algunas de estas creencias podrán ser claras y acertadas, otras no tanto y otras más, totalmente distorsionadas.

Cuando las creencias acerca de nosotros mismos son distorsionadas, nuestra autovalía tiende a ser baja. Tal vez aprendimos a no valorarnos o a valorarnos muy poco. No nos sentimos dignos. Aceptamos que somos de poca valía.

El punto clave de todo esto, es que sin importar lo aprendido, es que tú vales y vales mucho. Eres un ser digno de amor, respeto, confianza y de todo lo bueno que hay en esta vida. Tienes derecho a buscar la felicidad. Tienes derecho a ser feliz.

El siguiente punto importante es que tienes la capacidad de buscar, encontrar y disfrutar de la felicidad y de todo lo bueno que tiene que ofrecer la vida.

Todos, sin excepción, tenemos ese derecho a la felicidad y la capacidad para ir en pos de ella.

Haga florecer su autoestima

Cuando una persona empieza a quererse más, los demás percibirán de inmediato el nuevo aire; cuando se cambia la imagen que se tiene de sí mismo, los otros lo verán con otros ojos. Usted transmitirá a sus clientes buenas vibraciones.

La autoestima es esencial para la supervivencia psicológica; sin aquella la vida puede resultar penosa e insatisfactoria.

Ella es, afirma la psicóloga Laura Álvarez, la llave para una vida abundante.

Según explica la psicóloga Ida Gorn, la autoestima se define como la imagen que se tiene de sí mismo y en ella influyen, considerablemente, los padres.

Para aumentarla, hay que empezar a alimentar el alma, a recuperar la serenidad y a perdonarse. Así, poco a poco, irá viendo cómo crece la confianza en sí mismo. Además podrá enseñar mejor lo que sabe o sea transmitir a sus compañeros mejor lo que espera de ellos y lo que quiere que hagan en su restaurante o cocina.

Si necesita buscar ayuda profesional hágalo cuanto antes. Esto es muy saludable.

Las siguientes son algunas recomendaciones para desarrollar una buena autoestima. Fueron proporcionadas por las psicólogas Laura Álvarez, Ida Gorn y Maureeen Vizcaíno:

a.- Aprenda a perdonar; no guarde resentimientos.
b.- No se llene de amargura.
c.- Acepte sus limitaciones.
d.- Vea siempre el lado positivo de las cosas.
e.- Deje de pelear con las personas; trate de mantener un ambiente cordial con los demás.
f.- Rodéese de gente positiva, alegre, que le permita crecer.
g.- Realice ejercicio físico. Esto por ejemplo es algo que los cocineros casi no hacemos y es muy relajante además de saludable.
h.- Abra un espacio para su pasatiempo favorito, además de la cocina...y Desee permiso para hacer lo que más quiera y que le permita sentirse bien.

1. Cierre asuntos inconclusos.
2. Busque siempre un balance; evite los extremos.
3. Descubra sus talentos.
4. Tenga presente que así como en la vida hay momentos agradables puede haber situaciones muy difíciles de las cuales siempre hay una enseñanza. Trasmita esa enseñanza a sus compañeros, así, todo el equipo aprenderá
5. Invierta tiempo en usted.
6. Desee gusto
7. Haga una lista de cualidades.
8. Examínese: pregúntese cómo soy, cómo me relaciono con los demás y qué debo cambiar.
9. Descúbrase.

1. No haga comparaciones perjudiciales. Elimine las comparaciones; estas no tienen objeto y conducen a sentirse mal.
2. Agradezca y acepte los elogios; comunique que se ama a sí mismo.
3. No hable mal de usted mismo ante los demás.
4. Finalice sus proyectos.
5. Organice su tiempo.
6. Escriba una carta con las experiencias dolorosas que le hayan marcado. Hágalo varias veces hasta que se vacíe, hasta que sienta que no tiene nada que decir.
7. Atrévase, sea valiente, venza el miedo al dolor.
8. Entienda y acepte que el miedo puede influir pero que no determina. Siempre hay una esperanza.
9. Aprenda a controlar sus pensamientos. Recuerde que usted es dueño de ellos.
10.-Hable en positivo.

1. Autoconózcase.
2. Haga cosas por sentirse bien; por ejemplo, si tiene sobrepeso y este le molesta, busque ayuda con un nutricionista. Igual con su apariencia, así que pruebe con vestuario que le permita sentirse a gusto, un nuevo corte de pelo, etc.
3. Tenga presente que todas las personas son buenas para algo; así que descubra sus capacidades y potencialícelas.
4. Haga valer sus derechos, pero de una buena forma.
5. Asista a grupos de apoyo.
6. Ayúdese de lectura enriquecedora.
7. No utilice calificativos negativos o peyorativos cuando se refiera a sí mismo y a los demás.
8. Piense que es muy posible equivocarse y que se debe aprender de los errores. Esto es válido para la gente que tiene a su cargo...
9. Utilice frases constructivas como: la próxima vez lo haré mejor, se empieza por intentarlo, es mejor equivocarse que no hacer nada.
10. Recuerde que muchas veces las cosas tienen una Importancia relativa.

1. Aprenda a perdonarse, a reconciliarse con usted mismo.
2. Destierre de su cabeza frases como "yo no puedo", yo no sirvo, etc. Así como se incorporan patrones mentales negativos, puede incorporar pautas positivas.
3. Sepa que siempre hay tiempo para cambiar; solo basta desearlo. Obviamente hay cosas que no se pueden cambiar de hoy para mañana, pero es menester ir dando un paso cada día.
4. Deje de culparse y de quejarse por lo que fue o no pudo ser.
5. Tome conciencia de que el pasado ya pasó; no se preocupe de lo que no vivió y esté consciente de que, de hoy en adelante, puede vivir mejor.
6. Piense que su presente y futuro son estupendos y llenos de vida.
7. Recuerde que la perfección no existe.
8. Aprenda a filtrar las opiniones de los demás.
9. Busque siempre superarse.
10. Mantenga una relación constante con su ser superior.

Esto ayudará a que el trabajo donde pasamos el mayor tiempo del día y la noche sea mejor y el ambiente este mejor ya que usted transmitirá esto a sus compañeros. Nosotros sacrificamos a veces mucho tiempo que podríamos pasar con las familias por nuestro tipo de trabajo, así que vale la pena intentarlo, tenga estos consejos presentes y dígaselos a los de más. Y el más importante...
Haga oraciones que existe un poder inconmesurablen en ellas...que DIOS lo bendiga siempre. Y les proporcione PAZ